Muchos de los trastornos digestivos en conejos, cobayas y chinchillas están relacionados con la dieta y solo unos pocos por patógenos entéricos. Comenzaremos explicando el funcionamiento de este sistema digestivo, para entender por qué resulta un problema tan grave el que nuestro animal deje de comer.
Estos animales son herbívoros estrictos, cuyo sistema digestivo está adaptado a la ingestión de una dieta muy rica en fibra. La digestión en el estómago e intestino delgado es similar al resto de los animales monogástricos, y la comida que alcanza el intestino grueso está principalmente compuesta de fibra que no puede ser fragmentada por las enzimas digestivas del estómago e intestino delgado. Además, tienen la capacidad de separar partículas de fibras grandes de las pequeñas en el colon proximal. Las pequeñas partículas y las grandes no digeridas se envían simultáneamente en direcciones opuestas. Las partículas grandes de fibra no digerida pasan distalmente y son excretadas en forma de heces duras. Las partículas pequeñas son enviadas en una dirección retrógrada hasta el ciego donde sufren fermentación bacteriana. Esto resulta en ácidos grasos volátiles que se absorben como una fuente de energía. El resultado de la fermentación bacteriana en el ciego es una pasta fina que contiene aminoácidos, vitaminas, enzimas, microorganismos y ácidos grasos volátiles.
Por otro lado, el colon tiene una función doble. La mayoría del día mezcla y separa el alimento, simultáneamente enviando las partículas no digestibles hacia el ano, y las fermentables hacia el ciego. Periódicamente, la motilidad del colon proximal se altera completamente, y el contenido fecal pastoso se dirige hacia el colon para ser expulsado como contenido fecal blando, más conocido como cecotrofos. La producción de cecotrofos sigue un ritmo diurno, la mayoría de estos animales los producen durante la mañana y la tarde, sobre unas 4 horas después de comer; éstos se vuelven a ingerir directamente del ano, para ser digeridos en el estómago e intestino delgado, como una fuente adicional de nutrientes. La naturaleza del contenido intestinal, actividad muscular, tiempo de tránsito e intercambio de agua y electrolitos se relacionan con el tipo de heces que pasan a través del colon.
Debido a estas particularidades de su sistema digestivo, la fibra resulta indispensable para la correcta motilidad del ciego y colon. Por ello, las dietas bajas en fibra pueden originar hipomotilidad con la consiguiente proliferación de bacterias de la flora intestinal que pueden provocar problemas de enterotoxemia.
El éstasis digestivo es un proceso muy común en estos animales de compañía.
Cuando la motilidad intestinal está enlentecida, el estómago y el ciego no vacían de forma adecuada y su contenido queda deshidratado parcialmente. Esto conlleva un cuadro de anorexia que agrava la baja motilidad, llegando a un éstasis total del aparato digestivo. Este hecho, produce además la acumulación de pelo procedente del acicalamiento constante, sobre todo durante las mudas (tricobezoares). La falta de motilidad intestinal produce una retención del contenido en estómago o ciego, alteración de la absorción de glucosa, reducción del aporte de nutrientes y desequilibrios electrolíticos, pudiendo desencadenar en una situación fatal de enterotoxemia, lipidosis hepática, o incluso riesgo de ruptura gástrica o intestinal con una consecuente peritonitis. El principal motivo de consulta suele ser una disminución de la ingesta de alimentos, las heces duras son más pequeñas de lo normal, apatía…
Las causas de la aparición de este tipo de patologías gástricas son todas las derivadas de un déficit alimentario (anorexia), dietas carentes en fibra o con excesivos carbohidratos, problemas dentales, estrés, inactividad, dolor por otras afecciones, ingesta de pelos o enterotoxemia. Además de la historia clínica, es de gran ayuda la realización de ténicas de diagnóstico por imagen (radiografía o ecografía), para detectar alteraciones relacionadas con el éstasis digestivo y descartar otras causas de obstrucción, así como analíticas para evaluar la función de los órganos que se pueden ver afectados .
El tratamiento de esta condición consiste en la rehidratación del paciente y de su contenido estomacal con un adecuado soporte nutricional. También es importante la utilización de los fármacos adecuados para estimular la motilidad intestinal y para prevenir otras alteraciones derivadas de esta situación (enterotoxemia, ulceración gástrica, etc.) como procinéticos, antibióticos, analgésicos, o antiespumantes.
Hospital veterinario Anicura Abros
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