Hola, mi nombre es Lucas y soy un joven y fantástico guacamayo ( Ara ararauna) de 9 meses de edad.

He de reconocer que estoy viviendo una infancia la mar de feliz rodeado de toda mi familia y amigos en Verín, pero os voy a contar una pequeña aventura que viví cuando tenía 3 meses y que me llevó a Abros.

Aspecto de la zona del buche

Aspecto de la zona del buche

Un día mis dueños vieron que entre las plumas de mi pecho asomaba lo que parecía ser comida y que yo no estaba tan contento  como de costumbre.

Lo que me pasaba era algo que es relativamente frecuente entre los bebes de mi especie y de la de mis primos criados a mano ( agapornies, ninfas, yakos…)

Como os digo, me llevaron a Abros, donde me diagnosticaron una fístula del buche; probablemente por una quemadura causada por la papilla que tomaba. La solución que le plantearon a mis dueños me daba un poco de miedo, había que dormirme y suturar ese “agujero” que se había formado entre el buche, el tejido subcutáneo y el exterior.

 

La verdad es que todo fue más rápido y menos molesto de lo que pensaba. Aquí os dejo unas fotos de la cirugía.

Mucosa del buche que muestra el orificio debido a la quemadura por la papilla

Mucosa del buche que muestra el orificio debido a la quemadura por la papilla

Me desperté en una jaula acolchadita porque  no querían que me hiciese daño mientras estaba un poco “mareadillo” por lo que oí era por el efecto del isofluorano, que así se llama el gas con el que nos duermen. Me recuperé en unos minutos y ya me sentí mucho mejor , pude comer sin el dolor que me provocaba aquella quemadura.

Ahora estoy espectacular y totalmente recuperado.

Las mascotas de distintas especies de psitácidas ( loros,agapornis, periquitos…) son criadas habitualmente administrando papillas especiales mediante una sonda, son los denominados papilleros.

Para preparar este alimento de forma correcta, empezaremos por utilizar agua mineral, hay que calentarla y añadir posteriormente los polvos,  removiendo hasta conseguir una papilla uniforme y sin grumos. La temperatura debe estar alrededor de los 35º-37ºC y se puede verificar con un termómetro digital o si se tiene cierta práctica depositando un poco en la muñeca. El problema principal es cuando utilizamos el microondas para calentar el agua, ya que la temperatura puede no ser uniforme. Administrar una papilla muy caliente provocará una quemadura en el buche, por el contrario si se administra demasiado fría no suelen tomarla bien y no estimula de forma adecuada el sistema digestivo de los polluelos.

La clave para evitar estos problemas es preparar la papilla y mezclar concienzudamente para que la temperatura sea homogénea y siempre,siempre,siempre comprobar antes de dársela a nuestra mascota.

Marta  Fernández Llano.

Veterinaria Hospital veterinario Abros.

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