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Los perros, mordisquean muchos de los objetos que tienen a su alcance para poder recoger información sobre ellos. Esta conducta en la mayor parte de los casos es completamente normal, aunque no aceptable por muchos dueños, y está relacionada tanto con el juego y la curiosidad, especialmente en el cachorro, como con la erupción de los dientes.

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Normalmente un perro que destroza objetos por juego o curiosidad suele hacerlo tanto si estamos en casa con él, como si está solo.

Suelen mordisquear frecuentemente objetos fácilmente destructibles o rompibles, como papel, plástico, madera, tela, etc. Los cachorros que destrozan cosas para entretenerse no suelen romper las puertas de la casa, ya que la necesidad del perro no es salir de ella para seguir a su dueño y reunirse con él, como ocurre en muchos casos de ansiedad por separación, sino que lo único que pretende es jugar. 

romper2El morder objetos suele aparecer más en cachorros o en animales jóvenes, ya que las necesidades de ejercicio, juego y estimulación suelen ser mayores en ellos. Normalmente la peor edad suele ser la comprendida entre los seis y los diez o doce meses de edad. Además, los perros pertenecientes a razas muy activas y que tienen una alta necesidad de exploración oral, como los cobradores (Labrador y Golden Retriever), otras razas de caza (Beagle, Podenco, etc.) y perros nórdicos (Husky) son los más predispuestos a cometer estas fechorías en la vivienda.

romper3Si los destrozos empiezan a producirse en perros de más de un año de edad, muchas veces lo que ocurre es que hemos reducido mucho la cantidad de juego y/o ejercicio que le proporcionamos al perro en comparación con lo que hacíamos cuando era cachorro. 

Los perros, aunque se hayan hecho ya mayores siguen necesitando que se les siga paseando mucho, que se les deje oler cosas y que se les permita jugar con otros perros o con nosotros en diferentes momentos.

Debemos pensar que nuestras mascotas nunca actúan por rencor o venganza, NUNCA. El hecho de que el animal destroce cosas, especialmente cuando se queda solo en casa, no obedece a que quiera vengarse por haberle dejado allí. Lo que ocurre es que el perro aprende que cuando su dueño no está, no hay nadie que le castigue por hacer esos destrozos y además… ¡es muy divertido!

Por tanto, no debemos castigar nunca al cachorro por esos desastres. Si lo hacemos, sólo provocaremos que nos tenga miedo, que se frustre y tenga ansiedad.

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Covadonga Suárez Tesouro,

Auxiliar comportamiento Hospital veterinario Abros

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