Al igual que pasa con los humanos, la esperanza de vida de nuestras mascotas también ha aumentado y debemos hacernos cargo de los cuidados que necesitan en esta etapa de su vida para que puedan llevar una tercera edad con las mejores garantías y los mejores cuidados. Por ello debemos conocer que patologías aquejan con más frecuencia a nuestros mayores.
La vejez es un proceso biológico que resulta en una progresiva reducción de la capacidad de nuestro perro o nuestro gato para mantener su homeostasis interna y manejar el estrés ambiental externo. No sólo está determinada por factores genéticos, sino por factores ambientales y nutrición.

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Para tener una referencia en cuanto a la edad a la que nuestras mascotas llegan a ser “mayores o gerontes” podríamos señalar, en función de la raza, las siguientes:
– Perros de raza pequeña (menos de 10 kg): 9 a 13 años
– Perros de raza mediana ( de 11 a 25 kg): 9 a 11.5 años
– Perros de raza grande (de 26 a 40 kg): 7.5 a 10.5 años
– Perros de raza gigante (de más de 40 kg): 6 a 9 años
– Gatos : 8 a 10 años en adelante
A medida que avanza la edad de nuestro perro o gato se pueden ir incrementando la aparición de ciertas enfermedades, destacaremos en este artículo las más sobresalientes sin agotar el capítulo de todas las existentes, por supuesto.
El envejecimiento puede llevar a cambios en la forma de alimentación de algunos perros, es decir, cambien en el consumo, en la digestión, en la capacidad de metabolizar su alimento, etc. Además de por otras razones, es adecuada una dieta para cada etapa de su vida. Los geriátricos suelen presentar un descenso en los movimientos del colon, que es propio de la edad, ocasionando estreñimiento, si a esto le sumamos una movilidad más reducida, lo anterior se agrava.
Igual de importante es el cuidado y aseo de los dientes ya desde la edad juvenil, es muy habitual la presencia de sarro, que además si en un perro anciano cambia su forma de alimentarse puede aumentar su formación tanto de placa dental como de sarro, que a la larga desembocan en enfermedad periodontal y finalmente en pérdida de piezas dentarias, además de fistulas oronasales, abscesos, etc.

Abundante sarro y placa dental en la boca de este perro

Abundante sarro y placa dental en la boca de este perro

Como hemos citado ya, la edad avanzada se acompaña de una reducida movilidad. Disminuyen la cantidad de fibras musculares así como la masa ósea. Los huesos se vuelven más finos debido a la mala absorción de calcio del intestino. La obesidad es un problema común en animales de edad avanzada puesto que disminuye su actividad física diaria, se vuelven más sedentario llevándolos a que sus requerimientos energéticos disminuyan. Con lo cual la obesidad y los cambios en los huesos fomentan la aparición de artrosis, procesos de inflamación artículos que causan dolor en las articulaciones.
Con la edad el rendimiento del corazón, frecuencia cardíaca y el consumo de oxigeno durante el ejercicio físico disminuye. Es habitual la presencia de soplos en el corazón de nuestros mayores asociados a una insuficiencia cardíaca que además, de un tratamiento crónico, requiere de controles frecuentes para controlar efectos secundarios derivados de la misma como puede ser el edema pulmonar.
Otro de los órganos que más deterioro sufre en la edad avanzada es el riñón. La insuficiencia renal es una de las cuatro causas principales de muerte en perros ancianos. A veces los síntomas son muy sutiles y pueden pasar desapercibidos o considerados como “normales”: pérdida progresiva de peso, vómitos y diarreas esporádicos, apetito más caprichoso, etc. En muchos casos la enfermedad renal va acompañada de hipertensión arterial sistémica que debe controlarse con asiduidad en estos pacientes, una presión alta no sólo dañaría sus riñones todavía más, si no que empeora el funcionamiento cardíaco y puede provocar ceguera irreversible por desprendimiento de retina.

ECOGRAFIA RIÑON AFECTADO INSUFICIENCIA RENAL HOSPITAL VETERINARIO ABROS

ECOGRAFIA RIÑON AFECTADO INSUFICIENCIA RENAL

La edad avanzada puede producir una disminución de la respuesta a estímulos. Al igual que pasa con las personas se produce una pérdida auditiva progresiva hasta poder llegar a la sordera. En cuanto a la visión, es muy común que los ojos se vean con un tono más opalescente, es lo que se llama esclerosis nuclear del cristalino, que no suele provocar ceguera en sí pero puede disminuir la agudeza visual. Pueden verse afectados también por cataratas que sí provocan ceguera. Así mismo, la disminución en el sentido del gusto puede ocasionar que algunos animales ancianos pierdan el interés por la comida, o tengan un apetitito más caprichoso, reduciendo de esta forma el consumo de alimento.
Los cambios de conducta que se presentan en perros ancianos suelen ser secundarios a enfermedades degenerativas como por ejemplo el dolor crónico de la artrosis. Además debemos comprender que un animal anciano es más susceptible de sufrir cambios conductuales y no es para menos, escucha mucho menos, tiene visión más reducida, no puede hacer las mismas cosas que antes ni con la misma agilidad, etc.
No debemos olvidar que al igual que pasa con nosotros los humanos, cada vez son mayores los casos de cáncer, de diverso tipo en los pacientes geriátricos. Para ello puede haber muchas alternativas, desde quirúrgicas hasta quimioterapia o tratamientos paliativos.

También con la edad aparecen enfermedades endrocrinas más características como son en el caso de los perros: diabetes mellitus e hiperadrenocorticismo y en el caso de los gatos, igualmente la diabetes y el hipertiroidismo.

Lesiones en la piel de la cola de un perro afectado por hipotiroidismo

Lesiones en la piel de la cola de un perro afectado por hipotiroidismo

Otra patología a destacar en los perros mayores son los problemas de próstata, que van desde un simple aumento de su tamaño como es la hiperplasia prostática benigna que puede llevar a estreñimiento hasta abscesos prostáticos, que originan cuadros de fiebre, apatía y anorexia importantes si no se soluciona.

Por todo lo descrito y muchas más enfermedades existentes es necesario que nuestra mascota geriátrica realice chequeos en su veterinario, tanto para diagnosticar enfermedades que a lo mejor aún no dan la cara (diagnóstico precoz) como ante la presencia de algún signo alarmante de enfermedad. Si quieres saber mas sobre como los chequeos pueden ayudar a tu mascota puedes consultar el siguiente enlace:

http://elblogdeabritos.wordpress.com/2012/12/20/631/

Una vez que el paciente se ha diagnosticado se hace preciso llevar controles periódicos en función de la enfermedad o enfermedades que presente. Y luego la labor del propietario continua en casa administrándole las medicaciones, que en muchos de estos pacientes son crónicas, dándole una dieta que sea adecuada a su edad y a la patología que presente, haciendo cepillados dentales y otros actos higiénicos básicos y ante todo llenándolos de mimos para que pasen esta última etapa de su vida en las mejores condiciones.

 

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Lorena Pérez Fernández

Veterinaria Hospital veterinario Abros

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