Hay algunos gatos que son muy cariñosos y demandan constantemente caricias y compañía, pero lo normal es que el gato se aísle de vez en cuando y quiera su ratito de intimidad. Si queremos tener un buena relación con nuestro gato, debemos aprender cuales son los momentos para jugar y caricias y cuáles son los momentos en que debes dejarlo tranquilo. Cuando los abrazamos, los cogemos y le damos cariño, a veces les agobiamos demasiado y para ellos puede convertirse en una situación estresante de la que solo piensan en huir. Esto es muy importante que lo sepan todos los miembros de la familia con la que va a convivir el gato, sobre todo si hay niños en casa, para que su relación con el gatito sea pacifica y respetuosa. El grado de tolerancia al contacto lo marca él, no nosotros y debemos respetarlo.

¿Cómo y cuándo puedo cogerlo?

Cuando el gato es pequeñito, es importante que practiques a manipularlo muy suavemente y sin agobiarlo, siempre en el momento que esté tranquilo, nunca cuando está jugando. Puedes cogerlo suavemente y ponerlo sobre ti para luego no retenerle y dejarle marchar, jugar con él hasta conseguir que siga jugando sobre tus piernas sin cogerle. Los momentos de juego y nervios son para descargar energía, si en ese momento intentamos cogerlo en brazos o manipularlo se sentirá oprimido o puede que le asustemos y salga corriendo, se sentirá incómodo. Sin embargo si lo hacemos en momento en que está tranquilo, lo tomará como algo agradable.

Tenemos que tener cuidado de no hacerle daño a la hora de manipularlo, porque si al cogerlo lo lastimamos, podemos originar que para él sea traumático y crezca con miedo a que lo cojan. Acariciadle suavemente e ir tocándole las orejitas, las patas, el lomo, la barriga….mientras come o duerme, siempre y cuando él se deje y no parezca un castigo ni una imposición. Si lo acostumbramos, esto  nos ayudara que cuando lo llevemos al veterinario sea menos traumático cuando tengan que mirarle oídos, sacarle sangre en las patitas…

Podemos practicar también, para que el gatito confíe en nosotros, cuando lo tengamos en brazos y lo queramos soltar, lo llevaremos siempre hasta el suelo y lo dejaremos ahí, en vez de soltarlo desde una distancia demasiado alta que podemos correr el riesgo que se haga daño y asustarse.

Si le dejamos en el suelo y le permitimos bajar de nuestros brazos de forma muy suave, lo entenderá como algo positivo. Debemos tener en cuenta que una correcta manipulación puede hacer de un gato un animal mas cariñoso y confiado, pero si lo manipulamos mal o le hacemos daño, el resultado será un gato muy miedoso y asustado.

Momentos para caricias

Los gatos tienen un momento para todo y sin duda conseguiremos una mejor relación con él si conocemos estos momentos y los respetamos. Si el gato está muy activo dale juego, hazle saltar y correr, cazar algún juguete o premio, pero no intentes en estos momentos cogerle o pretender que quiere estar en tus brazos, ¡es el momento de disfrutar jugando!

Los momentos para caricias son cuando el gato está tranquilo, o cuando viene hacia nosotros pidiendo caricias, le acariciamos y nos responde con ronroneos o nos pide más caricias. Pero si empieza a mover la punta del rabo o el rabo entero y echa las orejas hacia atrás, cesa el contacto y déjale tranquilo. Te está diciendo que no está cómodo. Si no respetamos esta señal para dejarle tranquilo, puede ser que pase a la siguiente señal que será un mordisco y marcharse, y sin duda será culpa nuestra, ¡él avisó!

Si vemos que no quiere caricias ni tampoco esta receptivo al juego, entonces le dejaremos tranquilo hasta que él quiera.

¿Son efectivos los castigos?

Nadie es merecedor de un castigo y mucho menos un animal, porque cualquier cosa que haga, carece de intención, ni buena ni mala. Por esta razón si nuestro gato presenta algún problema de comportamiento, lo más normal es que se encuentre mal, o tenga demasiado estrés, por ejemplo, como cuando comienza a orinar fuera de su arenero o comienza a agredirnos. En ningún caso el castigo resuelve un problema sino que siempre lo empeora. Los gatos no necesitan castigos para aprender. Los gatos no entienden de castigos, se sienten agredidos.

Lo primero debemos comprender cuales son los comportamientos naturales de los gatos para así saber si real mente es un problema de comportamiento o es algo en lo que no podemos intervenir. Por ejemplo, no podemos castigar a nuestro gato  porque se suba encima de las mesas o estanterías, que arañe el sofá o nos robe comida, estos comportamiento son naturales del gato y hay que comprenderlos y en según qué casos poner soluciones naturales para él.

Los gatos son cazadores y presas a la vez. En las alturas comen y descansan sin ser molestados y sin sentirse amenazados hacen vida en las alturas, por lo tanto ¿Cómo vamos a hacerle entender a un gato que no puede subirse a ninguna parte? Si el gato araña el sofá probablemente es porque no tengamos un buen rascador, o quizás no esté en el lugar correcto, entre otras cosas. Y si nos roba la comida la próxima vez tendremos más cuidado de no dejarla a la vista.

Si aplicamos un castigo, sea cual sea, a cualquier comportamiento natural, crearemos en el gato miedo y frustración, en vez  de comprensión y educación.

Mi gato es tímido y se asusta.

Si resulta que tu gato tiene mucho miedo y permanece escondido, intenta sacarle de esta situación “sobornándole”: comida irresistible o juego, algo positivo que haga que salga por sí solo, no al a fuerza. No le agobies, dale tiempo, espacio y enséñale que no eres una  amenaza para él: no vayas hacia el de frente, sino de lado y por un lateral, agáchate para manipularlo, pestañéale despacio mientras lo miras y evita mirarle fijamente.

Covi Suarez Tesouro

Responsable comportamiento canino y felino

Hospital veterinario Abros

 

 

 

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