Boca sana
Mantener sana la boca de nuestra mascota es muy importante para asegurarle un buen estado de salud general

Si al leer este artículo tiene cerca a su mascota, haga este experimento: levántele los labios y observe sus dientes y encías. Si hay mal olor, encías rojas, sangrantes y/o dientes no blancos acuda a su veterinario para intentar corregir esas alteraciones que pueden acabar en problemas serios. Si por el contrario no hay olor, las encías están sonrosadas y los dientes blancos ¡enhorabuena!, pero acuda igualmente a su veterinario, eso sí, sin tanta urgencia, para que le aconseje qué hacer para que sigan así.

Si en los humanos se dice que “los grandes olvidados” son los pies, en los perros son los dientes.  Incluso llegamos a considerar normal que le huela mal la boca (halitosis). Siempre que hay halitosis, existe un problema; su origen puede ser de estómago, respiratorio… pero en el 90% de los casos suele estar en la boca, y casi siempre debido a enfermedades dentales.

Términos con los que debemos familiarizarnos:

Placa dental: formación constituida por bacterias y restos de comida, que se adhiere a la superficie dental, que no se aprecia a simple vista y produce halitosis. Si no se retira esa placa, se acaba uniendo a los minerales propios de la saliva y se forman capas sólidas, marrones como cemento, que ya son visibles: es lo que se conoce como sarro.

Abundante sarro y placa dental en la boca de este perro
Abundante sarro y placa dental en la boca de este perro

Gingivitis: inflamación de las encías, debido a la placa dental, que hace que aquéllas aparezcan enrojecidas, dolorosas e incluso sangrantes.

Se observa una fuerte inflamación alrededor del  colmillo y premolar superiores
Se observa una fuerte inflamación alrededor del colmillo y premolar superiores

Enfermedad periodontal: cuando la inflamación ya afecta al hueso que recubre los dientes, provocando que éstos se muevan, e incluso se caigan. También puede acarrear pérdida de apetito, rinitis, fracturas de mandíbula  e incluso problemas graves a nivel renal, hepático y cardíaco, al desplazarse las bacterias de la boca por el torrente sanguíneo hasta esos órganos.

Predisposición a padecer enfermedad dental:

1. Razas pequeñas: Yorkshire, caniche, pequinés, maltés…por cada perro de raza grande que tenga problemas dentales, habrá treinta de raza pequeña. Lo mismo ocurre en el caso de los gatos, las razas braquicéfalas como los persas están más predispuestos

Boca de un gato afectada con sarro
Boca de un gato afectada con sarro

2. Edad: Es un proceso evolutivo que empeora con la misma. En razas pequeñas de perro, puede aparecer sarro, incluso ya al año de vida.

3. Incorrecta distribución dental: dientes que salen torcidos, mandíbula mas grande o corta que el maxilar…

4. Conservación de los dientes de leche que hace que los definitivos salgan torcidos o que no haya suficiente espacio de separación para poder limpiar bien las piezas dentales.

Se observa el colmillo de leche retenido , lo que provoca acúmulo de sarro y desviación de la dentadura
Se observa el colmillo de leche retenido , lo que provoca acúmulo de sarro y desviación de la dentadura

5. Enfermedades: virus, diabetes mellitus…

Imagen de gato afectado por calicivirus, que provoca una fuerte gingivitis y ulceras,
Imagen de gato afectado por calicivirus, que provoca una fuerte gingivitis y úlceras,

6. Alimentación: cuando es exclusivamente blanda y con azúcar (comida casera, golosinas…).

Cómo mantener la salud dental:

-Evitar comidas blandas.

-Habituar a masticar a su perro para eliminar los restos alimenticios, utilizando huesos comestibles, juguetes para mordisquear…recordar que los cánidos de hace muchos años o los salvajes dedican mucho tiempo para comer  su comida ya que está cruda o es dura. Ese masticar continuo hace que se limpien los dientes de forma mecánica. En nuestra sociedad el tipo de comida que  se les da hace que se la puedan tragar prácticamente entera.

-Piensos específicos que debido al tamaño grande de la croqueta obliga a morderla reiteradamente para poder tragarla y su estructura ayuda a que arrastren restos adheridos al diente.

-Cepillado dental,  para ello existen en el mercado cepillos de distintas formas y tamaños (dependiendo del tamaño del perro y de su cooperación al realizar el cepillado) e incluso pasta de dientes específica (no sirve la pasta de dientes de humanos porque tiene mal sabor para ellos, produce mucha espuma y al no poder aclarar la boca puede causar gastritis).

Si es cachorro le será más fácil habituarse a la rutina del cepillado al igual que hacemos con nuestros hijos desde que son muy pequeños. Al tener más edad tendremos que cargarnos de paciencia y constancia, sobre todo si nuestra mascota es de raza pequeña que, como ya he dicho antes, tiene mucha mas probabilidad de tener problemas dentales  y la frecuencia irá desde varias veces a la semana hasta el cepillado diario según el caso. Se debe empezar lentamente, con sesiones cortas y de forma delicada. Este proceso de aceptación al cepillo puede llevarnos 2-3 semanas. En la siguiente presentación hacemos un resumen del cuidado dental: 

¿Sabe si la boca de su mascota esta sana? Le invitamos a realizar la siguiente encuesta para averiguarlo: 

¿Qué hacer si ya hay sarro y/o enfermedad dental?

En este caso la única solución aceptable es acudir al veterinario para que haga una limpieza dental. Esta consta de un arrastre del sarro utilizando un aparato de ultrasonidos (igual que el de los humanos) y seguido de un pulido de todo el esmalte dental. Hay que recordar que después de hacerla tenemos que continuar con la costumbre del cepillado en casa, porque sino en cuestión de semanas o meses volverá a tener placa, después sarro, después gingivitis…

En el siguiente vídeo mostramos el proceso de limpieza bucal mediante ultrasonidos:

En definitiva si usted tiene un cachorro, intente cuidarle la boca y si es mayor y ya está con problemas, haga algo ya desde mañana porque  cada vez estará peor y lo sufrirá en silencio.

Mantengamos sana la boca de nuestro pequeño amigo
Mantengamos sana la boca de nuestro pequeño amigo

Mary Gómez González

Veterinaria hospital veterinario Abros

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